Crítica: El Juego de las Llaves, Amazon busca cerrajero

La nueva serie de Amazon Prime recurre a un cast telenovelero y al sexo pudoroso, pero desperdicia la oportunidad de hablar, con seriedad, sobre la escena swinger en México.

El escenario de entrada en El Juego de las Llaves:

Veinteañera bella: -¿Por qué no jugamos el juego de las llaves?
Cuarentañero bello: -No, Siena, ellos no son así.
La bella: -Sí son así
Todos en coro [Amigos del bello]: -Sí somos
La bella: -Las mujeres van a sacar su llave y la van a poner en este bowl. La llave de su auto, de su casa. Una llave.
Ellas obedecen.
La bella: -Ahora los hombres van a cerrar los ojos y van a elegir una llave al azar.
Ellos obedecen.
La bella: -Ok, perfecto. Ahora se van a sentar a un lado de la persona a quien pertenece la llave.
Todos obedecen.
La bella: -Ok. Perfecto. Ahora, nos vamos a ir a coger toda la noche con la persona a la que le pertenece la llave.

Tienen la premisa, el staff, el elenco, los recursos. Amazon Originals está determinado en producir para el mercado latinoamericano, especialmente para México, algo que trascienda. No basta que sea de calidad. Logró una serie maravillosa con Un extraño enemigo, pero al parecer  eso no es suficiente. Amazon quiere estar en la boca de todos y  arrebatarle a Netflix un poco de su supremacía en el mercado de streaming.

Por intentos no han parado. Compraron a Televisa una de sus series más ambiciosas: Diablo Guardián, la cual naufragó entre el desinterés del público y la distancia, inexplicable, que tomó hacia el final de su primera temporada, de la exitosa novela de Xavier Velasco. Han tenido varios intentos y no han logrado colocar alguna de sus series en la conversación del día a día  como si lo logró el gigante de la N con la serie de Luis Miguel, con La casa de las Flores o Club de Cuervos.

Un cast de gente hermosa

El pasado viernes, con anuncios espectaculares en la ciudad, giras de medios, presentaciones, alfombras, trendig topics patrocinados y toda clase de bombo y platillo, Amazon dio a luz a El juego de las llaves.

¿Los ingredientes? Maite Perroni, Sebastián Zurita, Marimar Vega, Fabiola Campomanes, Humberto Busto, Horacio Pancheri, Hugo Catalán y Ela Velden. Garantía todos de taquilla telenovelera. Si no reconoces algún nombre ¡Faltaba más! Allí está Google para que lo busques y sepas que la belleza de sus protagonistas es otro de los toques que le da sazón al plato.

Vas a reconocer las locaciones. ¿Cuánto tiempo cierto cine mexicano ha intentado hacernos creer que todo lo que sucede en la Ciudad de México pasa en la Condesa? En parques asépticos, en departamentos de ensueño, con decoraciones impecables y vidas ajenas a una realidad nacional que no se limita a unos kilómetros cuadrados. Está bien. Es otra fórmula probada “¿Qué más?”

Habrán discutido en preproducción: “¡Pongámosle sexo, mucho sexo!”. Claro. Sexo sugerido, nada explicito. Algunas sutiles tomas de pezones, un discreto desnudo masculino en tono de comic relief porque, claro, en la televisión unas chichis son sexys, pero un pito da risa.

Por último ¿Qué tal un juego controvertido? Funcionó con Perfectos desconocidos que, después de tantas versiones, hasta Manolo Caro hizo la propia (Sí, nuestro juego con llaves, tiene guiños al cine de Don Manolo).

La escena swinger en México

En los primeros capítulos El juego de las llaves funciona. Vivimos, y lo sé de cierto, en un México donde de sexualidad no se habla mucho, pero se vive con mucha intensidad. Hombres y mujeres (no todos, sí muchos) tenemos en nuestras vidas historias de lo más interesantes en nuestra vida sexual: divertidas, eróticas, explosivas, apasionadas, peligrosas.

El mundo swinger existe en México y vive sus experiencias con mucha intensidad y naturalidad, pero para llegar a él puedes pasar por muchas etapas de autoconocimiento, de reflexión sobre tu y tu pareja, sobre lo que quieren de la vida y de la cama. La construcción de un “nosotros” ampliado no es sencilla y puede ser muy interesante explorarla, sin perder la oportunidad de aderezarla con humor negro. Esta serie pudo ser una maravillosa oportunidad para explorar ese mundo, cómo vas cediendo al deseo, entrando al juego, convenciendo a tu pareja.

Habrá que reconocer el acierto de que, muy al principio, parece tener un punto de vista femenino respecto a la calentura y el deseo de experimentar el intercambio de parejas. A partir de que un policía toca una ventana, la serie comienza una caída libre rumbo a una comedia romántica promedio, con poco presupuesto para contratar a Martha Higareda, pero suficiente para tener un elenco atractivo para el público del Canal de las Estrellas.

Probablemente, por quienes la protagonizan y lo realmente pícara, casi morbosa, que parece la premisa, por fin Amazon consiga llegar a la boca de la gente, a la conversación godín o a la plática de amas de casa. Quizá comiencen a recomendarla y se hable de ella. Cumple formulas, tiene actrices y actores atractivos, es sexy, son sólo 5 capítulos de media hora que se ven muy rápido, y deja un cliffhanger que puede hacer esperar la segunda temporada.

Ojalá tenga éxito, si éste asegura que continúen proyectos como Un extraño enemigo, pero no para seguir haciendo comedias prescindibles.

Otras opciones

Pero como este espacio es para recomendar qué ver en streaming y, ciertamente, El Juego de las Llaves la recomiendo sólo bajo su propio riesgo. Mejor les sugiero dos joyas imprescindibles para esta semana en Netflix:

1) El documental mexicano Hasta los dientes. Una carta abierta contra la injusticia, la impunidad, el abuso del poder y el absurdo en que vivimos. La violencia que fue y que prevalece, retratada en una tragedia de dos, que se hace de todos.

2) Mindhunter. Estrenada el mismo día que El Juego de las Llaves. La temporada dos de la que probablemente es la mejor serie original de Netflix. No la más conocida, pero construida con tanto cuidado que está a la altura de The Wire (HBO). Un recorrido por el laberinto de las mentes más retorcidas de la vida criminal de Estados Unidos y la historia de quienes construyeron lo que hoy sabemos de los criminales y  asesinos en serie. Una joya imperdible.

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