As we see it: El autismo en primera persona

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Imaginen que quieren salir a dar un paseo por la cuadra. ¿Se te antoja un café? Genial: hay una cafetería en la esquina. Sales a la calle. Pero el ruido, los coches, la gente hablando, los celulares, todos es abrumador, amplificado, abrasador: arden los oídos. De pronto un perro ladra y trata de atacarte (aun cuando en realidad solo quiere saludarte). La experiencia es horrible, por supuesto. Ninguna razón para volver a salir a la calle.

Le pasa a Harrison, uno de los tres protagonistas de As we see it (Amazon Prime). Eso, entre muchas otras cosas, significa estar dentro del espectro autista: tener un cableado diferente para enfrentarse a un mundo que cuesta entender y que sin duda no te entiende. 

 

Una serie sobre el autismo

As we see it es una serie importante. Su gran acierto: poner en primera persona al autismo. Que ellos lo digan, que nos saquen de los clichés siempre distantes con los que las personas “normales” nos acercamos a lo que ahora llamamos neurodivergencia y que antes llamábamos enfermedad. El autismo en realidad no es un padecimiento, es una manera distinta de percibir el mundo que los expertos en salud mental y neurología apenas están empezando a comprender. La serie es una adaptación de On the spectrum, programa israelí que fue muy exitoso en aquel país— ¿qué hay entre la televisión de Israel y la salud mental? De aquellos lares también viene In treatment, serie a la que HBO le hizo una celebrada versión estadounidense.

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Harrison (Albert Rutecki), Jack (Rick Glassman) y Violet (Sue Ann Pien) son tres veinteañeros que viven juntos: los tres están dentro del espectro autista y esta es su primera chance de vivir una vida independiente. Jack trabaja en programación, Violet en un Arby’s y Harrison batalla para encontrar su lugar en la vida adulta.

Con ellos trabaja Mandy (Sosie Bacon), una aspirante a neuróloga que por lo pronto es su acompañante terapéutica en los desafíos de la vida cotidiana. Mandy es empática quizá hasta extremos que son problemáticos. ¿Dónde acaba su trabajo y comienza su vida privada? Mandy: valiente, divertida y confundida, la capitana de un barco que no siempre sabe comandar.  

 

No es el típico retrato sobre el autismo

Pero el foco de la serie siempre está en nuestros protagonistas. Los tres son complejos pero adorables, es fácil relacionarse con ellos. Tengamos como ejemplo a Violet, que muere por tener sexo y cómo negárselo: imposible obviar el impulso sexual de los 25 años. Pero el problema es impedir que un abusivo se aproveche de ella. Hay que protegerla de sus propios deseos.

Y protegerla es la labor (agotadora) y dolor de cabeza de Van (Chris Pang), su hermano mayor. Mientras Van intenta él mismo tener una vida regular, Violet es un trabajo de 24/7. Su modo de amar a Violet es darle un dumbphone para que no baje Bumble y busque a desconocidos para tener sexo, casarse y tener hijos (Violet busca todo el paquete en la primera cita).

La serie no es nada sentimental, al contrario, es chistosa y tierna (importante distinguir entra la ternura y la cursilería: la ternura acerca, la cursilería aleja y provoca sonrisas cínicas, y As We See It no es nada cínica). Jack, el más funcional del trío, no evita decirle a todos lo estúpidos que le parecen y eso le cuesta su trabajo y es muy cómica la escena en la que tiene que disculparse con su jefe por decirle su opinión sobre su coeficiente intelectual. Otra escena hilarante: cuando Jack y Harrison descubren que una conocida es actriz porno; los tres se ponen a ver uno de sus videos. Violet: “Déjenme ver, si no cómo voy a aprender”.

 

Una mala noticia

 Last but not least, hay que hablar el gran trabajo de Joe Mantegna como el padre de Jack, que tiene cáncer y está tratando de dejar los asuntos en orden con su hijo, asegurarse que pueda tener una vida independiente y feliz.

As we see it fue cancelada por Amazon tras la primera temporada; se demuestra la miopía de la plataforma que tal parece que no sabe cómo competirle a Netflix y HBO Max (sin duda no lo hará deshaciéndose de productos de calidad a lo que ni siquiera les hace promoción). No importa, hay que verla y disfrutar su única temporada. Así se acerca la televisión de calidad a cambiar la forma en la que vemos nuestro mundo, el de todos, no importa que tan divergentes seamos.