Mindhunter: el The wire del tío Netflix

Una de las mejores series de Netflix, Mindhunter, regresa para su segunda temporada. Sobre esto y la fascinación por el true crime escribe Lulú Petite.

Mindhunter

Mentes Criminales, CSI, Bones, Lie to me, el Mentalista. Hay muchísimas series en las últimas décadas que cuentan la historia de detectives encargados de la investigación de crímenes seriales, pero en el caso de Mindhunter el enfoque es absolutamente diferente.

La fórmula es relativamente sencilla, quizá por eso es recurrente y, en muchos casos, exitosa. En el grupo de investigadores debe haber un experto, hombre o mujer, mitad científico, mitad investigador, pero con dotes de genio y una capacidad de deducción envidiable no sólo para el mismísimo Sherlock Holmes, sino hasta para la gran Vilma, de Scooby Doo.

En la mayoría de esas series el investigador-genio ha escrito algún libro sobre asesinos seriales o está relacionado con el tema y llega a liderar un grupo de investigadores más o menos diverso en etnias, género y cualidades.

Desde luego, con tropiezos casi anecdóticos, cuentan con el respaldo económico y operativo en sus cacerías, de modo que, con algunos disparos y persecuciones con pretensiones de rápidos y furiosos, puedan resolver un caso en cada capítulo.

Crecimos con la idea de que los asesinos en serie son un fenómeno ampliamente investigado y conocido desde siempre. Hemos visto sus historias detalladas en televisión, cine, literatura, podcast e internet con tan abrumadora cantidad de datos que parece una rama de las ciencias criminales tan vieja como Scotland Yard. Hannibal Lecter es uno de los personajes más entrañables de la cultura pop y casi todo mundo empatizaba con el sistema de equilibrios de Dexter. Sorprende saber que a mediados de los setenta del siglo pasado no existiera aún el término de asesino serial.

Existe una fascinación por ese tipo de criminales, que hace tan exitoso todo lo que a ellos se refiere, pero hasta hace poco, no había llegado una serie que nos metiere por los verdaderos laberintos que llevaron a especialistas en el FBI a construir la teoría del asesino serial y sus motivaciones.

La segunda temporada

Mindhunter se estrenó en octubre de 2017 por Netflix, basada en el libro Mind Hunter: Inside FBI’s Elite Serial Crime Unit de Mark Olshaker y John E. Douglas. Su primera temporada está ambientada en 1977 y se centra en dos ficticios agentes del FBI, el veterano Bill Tench (Holt McCallany) y el impulsivo e inteligente Holden Ford (Jonathan Groff) que se unen con la psicóloga Wendy Carr (Anna Torv), para entrevistar a asesinos en serie en prisión, con el fin de tratar de entender su comportamiento compulsivo y elaborar perfiles que les permitan atrapar a otros que piensen como ellos.

En la primera temporada vemos cómo se enfrentan al sistema para explicar la conveniencia de su trabajo y la utilidad que puede tener en las investigaciones criminales. Aunque sus personajes no son reales, a fin de poder tomarse con ellos ciertas licencias creativas, están basados en verdaderos investigadores y su trabajo, tanto operativo como entrevistando peligrosos criminales.

Si la primera temporada se centra en pocas pero intensas entrevistas a asesinos seriales en la segunda, son sólo un condimento, pero ya no el hilo conductor de la historia. La temporada uno trató de cómo diseñaron la teoría, la dos, cómo comenzaron a ponerla en práctica.

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Queda claro en el primer episodio, con el relevo de su comandante: Creemos en ustedes, tienen puerta abierta para entrevistar a quien les venga en gana. Así, en esta entrega veremos entrevistas a Charles Manson, al Hijo de Sam, a William Pierce Jr. y a William Hance. Todo eso, mientras investigan una serie de infanticidios sucedidos en Atlanta a inicios de los ochenta.

Al mismo tiempo, desde la primera temporada, una breve escena pre créditos nos mete en momentos sin importancia, casi domésticos, en la vida de Dennis Rader. Un psicópata que, desde la impunidad hasta su captura, puede acompañar a nuestros protagonistas por varias temporadas.

En 2002, HBO sorprendió con “The Wire”, una serie basada en investigaciones reales realizadas por la policía de Baltimore, para investigar el mundo de las drogas en los multifamiliares negros de esa ciudad. La investigación vista desde los ojos de los criminales y de los cuerpos policiacos, desnuda la corrupción, el poder, la pobreza y la burocracia ligada a la lucha contra el narcotráfico. Hoy, es considerada como una de las más grandes series de la historia.

En 2017, Mindhunter de Netflix presentó una propuesta similar, pero desde los sótanos de Quantico. No verás balazos ni persecuciones, pero entendiendo que la ficción retoca siempre los hechos reales, estarás viendo la mejor serie sobre asesinos seriales que, además, está basada en casos reales. Sin duda una de las mejores series que ha producido Netflix hasta la fecha.

Sin un cliffhanger espectacular, quedan muchas historias abiertas al final de la temporada y, con esa terrible costumbre del tío Netflix de cancelar series a capricho, no queda menos que desearle larga vida nuestra favorita.