Cinema Purgatorio: 10 películas que no veríamos dos veces

Hay cintas que son auténticas obras maestras, pero que resulta muy complicado regresar a ellas. Aquí, nuestra lista de películas que no veríamos dos veces.

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El séptimo arte nos ha dado grandes momentos de risas, alegría y amores. Pero existen algunos directores que utilizan la gran pantalla para contar historias que son todo lo contrario y que en ocasiones llevan al límite que podemos soportar. Son películas que no veríamos dos veces.

Ya sea por angustia, tristeza o dolor, he aquí diez cintas que a pesar de su grandeza no es muy recomendable verlas más de una vez.

(Se recomienda acompañar la lectura con Michael Nyman y esa marcha fúnebre carnavalesca que es Memorial)

 

1.- La Pasión de Juana de Arco (1928)

La delgada línea entre perfeccionismo y sadismo es una que Carl Theodor Dreyer borró en esta legendaria cinta de la cual Lars Von Trier ha bebido para toda su filmografía.

La muy sabida historia de Juana de Arco no solamente es incómoda por las historias detrás de su filmación (en la cual destaca aquella en la cual Dreyer obligó a su protagonista, María Falconetti, a arrodillarse durante horas para borrar cualquier expresión de su rostro) sino por el rechazo del director a jugar con las reglas del cine convencional: el filme está construido como una serie de close ups extremos sin ningún sentido de donde están los personajes en relación con su espacio. Eso, aunado a la cruda emotividad de su protagonista, contribuyen a crear en esta cinta quizá la sensación más cercana al delirio que ha dado el séptimo arte.

Sin duda es una joya, pero definitivamente es una de las películas que no veríamos dos veces.

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2.-Lilya 4-ever (2002)

Cualquiera que haya salido del cine después de ver la gloriosa Somos lo mejor (2013) tendría curiosidad por encontrar algo igual de optimista dentro de la filmografía de su director, el sueco Lukas Moodysson. Pobre del alma que en esa búsqueda se haya encontrado con este, su tercer largometraje. Y es que pocas cosas más difíciles de superar que el dolor que causa esta cinta.

De la comedia agridulce de su debut Together (2002), Moodysson da un giro total en la historia de Lija, una niña de la Unión Soviética que al ser abandonada por su madre debe confiar en la gente que la rodea para salir adelante. Así, amigos se convierten en mercenarios y la esperanza en una broma de Dios; básicamente lo que esta cinta nos pide es que contemplemos la destrucción de un ser inocente en manos de un mundo que le falló y del cual no existe oración alguna que lo remedie aún cuando su director busque en la poética escena final hacernos creer que hay un mejor mañana.

Fue Sartre quien dijo eso de “El infierno son los otros”. Esto va más allá.

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3.-La Tumba de las Luciérnagas (1988)

Visualmente hermosa pero emocionalmente desgarradora, desde la primera escena sabemos que estamos ante una película animada un poco… distinta. La historia de los huérfanos Seita y Setsuko en una Tokio destrozada por la segunda guerra mundial, es una que nos pide creer en el espíritu humano para ver, horrorizados, cómo es aplastado por el peso de una realidad de la cual son sólo número, víctimas sin nombre, dos más entre las millones que dejó como consecuencia el gran conflicto bélico.

Mención especial merece el diseño de la portada de la edición nacional: ha de ser incalculable el número de padres que la vieron y la compraron para sus hijos fans del universo de Miyazaki sin saber lo que contenía: ¿una obra maestra? Sí, pero una devastadora.

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4.- Mother (2017)

Dudaba en si debía poner ésta o ese Mujer, casos de la vida real  hardcore que es Requiem for a Dream (1999)…. pero en Requiem no se comen a un bebé.

Lo que comienza siendo una interesante parábola sobre la labor de un creador, acaba convirtiéndose en un delirio de media hora donde todo (en verdad TODO) cabe: misoginia, violencia, canibalismo, incendios y una perturbadora Kristen Wiig son algunos de los horrores que Aronofsky utiliza para… ¿resumir la biblia? ¿justificar el ego de quien crea?. Si bien el resultado es algo fascinante (aplica en ambos sentidos) también es una cinta que abusa de sus recursos buscando el extremo.

¿Se imaginan ser Rachel Weisz y ver esto?

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5.- Irreversible (2003)

El Carlos Reygadas de Argentina para el mundo. En el año 2003, el enfant terrible del cine argentino adquirió fama mundial por la escena crucial de su cinta Irreversible: nueve minutos en los cuales vemos como violan a Monica Bellucci dentro de un (sutilmente simbólico) túnel rojo. No hay nada de valor cinematográfico en esta cruda escena que parece dura horas  y en la cual vemos mediante sus ojos cómo poco a poco el personaje de Bellucci va perdiendo su humanidad.

Definitivamente esta una de las películas que no veríamos dos veces. Y eso que no vamos a spoilearles el final.

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6.- Leaving las Vegas (1995)

Luego de tantos años y tantas malas películas, es complicado recordar que en algún momento de la vida  Nicolas Cage se coronó como EL actor al protagonizar esta cinta de 1995, basada en las memoria de Jon O’Brien (mismo que se suicidó dos semanas después de enterarse que serían llevadas al cine).

La historia de la relación entre un fracasado guionista alcoholizado y una prostituta de las Vegas no es el cliché de “outsiders se enamoran y redimen” al cual Hollywood nos tiene acostumbrados: es un estudio sobre qué tan miserable puede ser un hombre, mismo que -bajo las actuaciónes de Nicolas Cage, Elisabeth Shue, y la intimista dirección de Mike Figgis- se vuelve tan despreciable como entrañable.

Que Sting en el soundtrack no los engañe: esto es de lo más duro que se ha producido con dinero de Hollywood.

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7.- El Desencanto (1976)

Este documental de culto, dirigido por el Español Jaime Chávarri, comienza siendo una reflexión sobre la España de Franco para irse deteriorando al cambiar su enfoque: la legendaria y maldita familia Panero.

Con el patriarca Leopoldo (poeta, falangista, borracho, golpeador y sublime) ya muerto, es turno de que su familia ajuste cuentas, desbordando los rencores que han guardado durante años dentro de este clan maldito por donde los hay: Felicidad (Ja!), la madre ausente y fría, Michi, el hijo vividor, Leopoldo María, poeta legendario que pasa 30 años en el manicomio y crea cigarros de mierda y Luis que decide suprimir cualquier emoción para no sentir dolor.

Todos estos personajes serían carne para cualquier cinta de un Wes Anderson deprimido, pero no, aquí los demonios son reales y dolorosos. Cómo lo definió Michi “Todo lo que sé sobre el pasado y presente de la familia Panero es la sordidez más puñetera que he visto en mi vida”.

Cabe agregar que al morir Leopoldo María se acabó el linaje de los Panero. Ninguno dejó hijos. Viendo esto entiendes por qué.

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8.- The Cook, the Thief, His Wife & Her Lover (1989)

En esta lista de películas que no veríamos dos veces, no podía faltar este clásico maldito del cual surge el soundtrack de este listado. De formación en el arte barroco y renacentista, Peter Greenaway dejó el nicho de la pintura y el cine “de arte” para hacerse de un nombre ante el gran público con esta historia torcida de nuevos ricos, amores cruzados y venganzas terribles.

Aún con su manufactura preciosista (cortesía de un muy joven Jean Paul Gaultier) y una partitura del formidable Michael Nyman (que nunca ha estado mejor), lo que vemos en esta cinta es al ser humano descendiendo a las zonas más ruines de su alma en nombre del amor y el honor: El mafioso Michael Spica decide, a través de su mesa favorita en el restaurante Le Hollandis, torturar a cualquier persona que decida estar a su lado. Cuando un tímido bibliotecario (Alan Howard) se convierte en el anhelo de su esposa (Helen Mirren en su mejor actuación) el decide que lo que merece el mundo es su ira.

Si les parece convencional su argumento es que no conocen a Greenaway: nudismo, canibalismo y castratos son sólo algunos de los horrores que desfilan a lo largo de dos horas que uno difícilmente se sacude. El director tiene muchos fans en México, pero esta cinta definitivamente entra en nuestra lista de películas que no veríamos dos veces.

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9.- Idi i smotri (Ven y mira, 1985)

Lo que aparentemente es una de esas coming-of-age que utilizan los horrores de la guerra para contrastar la miseria humana con la inocencia infantil, se convierte en una película inolvidable, pero no por las razones que parecerían obvias.

La historia del joven Flyora defendiendo a su aldea de los Nazis es un descenso a infiernos dantescos de los cuales no existe idealismo suficiente para huir: ser testigos del proceso de deshumanización de Flyora es algo que duele por el realismo casi documental que su director, Elem Klimov, imprime en cada fotograma. No en balde la película tuvo que sortear una censura de ocho años al no gustarle a las autoridades rusas lo que mostraba.

Al llegar a la secuencia final, es prácticamente imposible distinguir el lodo del rostro alguna vez juvenil y esperanzado no sólo de su protagonista sino de toda una nación. Polvo eres…

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10.- La libertad del diablo (2017)

Y por supuesto, en nuestra lista de películas que no veríamos dos veces, tenía que haber una mexicana.

De los horrores de la Segunda Guerra Mundial pasamos a los de una guerra más cercana y que al parecer no conoce fin. Everardo González ya se había hecho de un nombre con  Los ladrones viejos (2007) cuando decidió abrazar a la oscuridad en esta cinta que le valió un público más amplio. Pero cuidado, que la oscuridad te puede devolver el abrazo.

Lejos de los artificios que pueblan actualmente al cine documental (gracias, Michael Moore) lo que vemos aquí es poco más de una hora donde tanto sicarios como víctimas de la funesta «guerra contra el narco» cuentan su historia escudados en máscaras que dan un anonimato a los narradores más cercano al de una víctima que al de alguien que busca su privacidad.

Devastador, si, necesario, también, pero definitivamente entra en nuestra lista de películas que no veríamos dos veces.

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¿Nos faltaron?, ¿nos sobraron?, y ustedes, ¿qué película no verían dos veces?