¿Por qué nos gusta Harley Quinn?, un análisis desde el feminismo

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Criticada o imitada; deseada o repudiada, pero sabemos que Harley Quinn es un personaje que difícilmente pasa desapercibido. Una de las favoritas de las y los fans DC Comics, el personaje ha llegado ha ser un dilema incluso para incluso algunas feministas que no saben si se trata de un personaje objetivado que perjudica al movimiento o nos muestra a una mujer con posibilidades de desconstrucción.

El origen

Hay que comenzar por mencionar que su personaje no nace de las películas ni de los cómics, la primera vez que Harley aparece es en Batman: la Serie Animada en 1992. Su personaje era una sexy secuaz del Joker que usaba un disfraz de bufón mitad negro y rojo con un antifaz. 

No es un secreto que, a pesar de tratarse de una caricatura para niños, su ajustado leotardo la convirtió en una opción extra como villana “candy eye” junto con Gatúbela (Catwoman) y Hiedra Venenosa (Poison Ivy); con la importante diferencia de que ellas operan por sí solas.

 Su noviazgo con el Guasón (Joker) es un eje central en el desarrollo de su personaje. Harleen Frances Quinzel (su verdadero nombre) era una psiquiatra de la prisión de Arkham que al enamorarse de su paciente pierde la cordura, lo ayuda a escapar y se convierte en su cómplice. Desde la historia de su origen, se marca en su personalidad una conducta dependiente en una mujer que renuncia a todo por amor, por más enfermo que este sea.

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El Escuadrón Suicida

Con el tiempo, Harley Quinn (juego de palabras que en inglés suena como “arlequín”) se convirtió en un personaje tan popular que fue introducido en varias novelas gráficas y videojuegos. Son pocas las veces en que aparece sola, en ocasiones para redimirla de esta relación patológica o haciendo alianza con otras villanas.

 Cuando aparece Suicide Squad (2016) -dirigida por David Ayer y basada en la novela gráfica homónima de John Ostrander- se aborda la historia de varios reclusos organizados por Amanda Waller (Viola Davis) en una misión que como su nombre lo marca, pone sus vidas en riesgo con fines aparentemente altruistas a cambio de reducir unos años su condena.

La Suicide Squad de David Ayer fue un completo fracaso de taquilla, pero el personaje de Quinn (ferozmente interpretado por Margot Robbie) fue uno de los elementos más rescatables. La enorme popularidad de Harley Quinn se vio reflejada en el marketing, apareciendo en cientos de mercancías e inspirando a muchas cosplayers.  

Caso contrario con el papel de Jared Leto detrás del Joker fue sumamente impopular, hasta el punto de que el actor arremetiera contra los productores y director por borrar varias de sus escenas.

 

Quinn y el trastorno límite

A pesar de ser un personaje ficticio, en realidad no sabemos el verdadero origen de Quinn, los quiebres psicóticos no aparecen un día en la vida de todos y nos enferman, sino que hay un antecedente clínico que puede ir desde lo genético hasta lo familiar en el desarrollo. 

En pocas palabras, nadie se vuelve esquizofrénico después de enamorarse, sí, los síntomas pueden acentuarse, pero la predisposición ya estaba ahí, y me parece que eso es lo que en Harley nunca se aborda.

He escuchado a varios colegas psicólogos mencionar que Quinn en realidad tiene un trastorno límite de la personalidad. Dicha enfermedad incluye en sus síntomas sentimientos de vacío, impulsividad, conductas autodestructivas y de riesgo, además de relaciones dependientes y en algunos casos, episodios psicóticos. 

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No es una condición temporal ni tiene cura, ya que forma parte de la estructura de personalidad del sujeto. Pero como siempre lo menciono, hay que recordar que la mayoría de los realizadores no sostienen un manual diagnóstico cuando diseñan a un personaje.

Aunque los síntomas pueden coincidir, se exageran con fines de fatalidad a la narrativa. Además, hoy en día se sabe que existen todo tipo de trastornos de personalidad que son funcionales y no se acercan a la conducta de Harley. 

Una enfermedad mental puede formar parte de tu vida, pero no la define por completo. Lamentablemente es una realidad que estos personajes muchas veces favorecen el estigma hacia la locura, pero no dejan de ser ficción con fines de entretenimiento.

 

¿Cancelamos a Harley?

Entonces, ¿por qué nos gusta Harley Quinn? No dejo de hacerme esa pregunta como mujer, psicóloga y feminista. ¿Debemos cancelarla o rehabilitarla? Puede que mi respuesta no sea satisfactoria para todos, pero me parece que Quinn tiene el beneficio de ser uno de los pocos personajes femeninos que no son inmaculados.

La enorme fama en Harley Quinn la puso en el ojo del huracán, e hizo que varios se preguntaran si acaso era sano tener un personaje así en una época en donde la presencia femenina ya es de por sí escasa en los cómics y películas de superhéroes, y además agregar a una mujer que sólo sirve como un objeto sexual para la mirada de los hombres. 

Se acusó varias veces al filme de romantizar el maltrato doméstico y la sexualización de la mujer. Debo admitir que yo misma me comencé a preocupar al ver a tantos adolescentes poner como “goals” (metas) a esta pareja tóxica como un ideal de romance.

 

Las mujeres en los cómics

Cuando me asomo a ver tanto del lado de Marvel como el de DC a las mujeres, debo confesar que usualmente me siento poco identificada con ellas. En primera, la mayoría son extremadamente hermosas, con cuerpos envidiables y gran fortaleza física, pero no por eso dejan de ser mujeres reales (porque sí existen), pero se vuelven inalcanzables cuando se les pone en un pedestal como los filmes lo hacen. 

A diferencia de Tony Stark que tiene un lado narcisista, Peter Parker o Clark Kent que en el fondo son inseguros o Starlord que es inmaduro egoísta, la mayoría de las mujeres en las películas de cómics toman un rol que regaña a estos personajes masculinos por no comportarse a la altura.

En el universo DC, Wonder Woman suele tomar una actitud de lucidez frente a la inmadurez de sus otros compañeros cuando discuten o quieren imponer su propio liderazgo. El argumento suele ser que las mujeres solemos ser más maduras que los hombres, pero Diana se vuelve un personaje distinto cuando está sola, presentándose más como una mujer tierna e idealista en las películas dirigidas por Patty Jenkins.

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No es tan fácil encontrar inseguridades, dudas o ambivalencia en personajes como Black Widow o Captain Marvel a pesar del sacrificio que ser superhéroes ha tomado en sus vidas. En el caso de Gamora sabemos que fue una asesina, pero no se nos presenta qué la llevó a reflexionar y decidir cambiar de bando. 

Wanda varias veces es presentada como un personaje poderoso, pero usualmente sus decisiones giran en torno a los hombres de su vida, algo que quizás no es tan distinto a Harley, pero que no se aborda de forma tan abierta como en Birds of Prey (2020).

¿Por qué nos identificamos con Harley?

Creo que Harley Quinn se siente más cercana para varias mujeres porque a pesar de que tal vez no es el mejor modelo para imitar, presenta a una chica con diversas virtudes y defectos que intenta reparar, cometiendo errores todo el tiempo.

Además, al ser un universo que tiene poca representación femenina, existe menos variedad de personalidades. La personalidad de los superhéroes y villanos masculinos va desde los serios y muy sombríos como Batman, hasta los graciosos o relajados como Flash. Con los personajes masculinos hay más variedad de personalidades. 

En cambio, con las mujeres no sucede lo mismo.

Lo anterior no significa que Harley Quinn sea el mejor personaje femenino del universo de los cómics, pero sí nos da a entender la razón de que un personaje tan repleto de defectos sea tan llamativo para ambos sexos. Su vulnerabilidad nos aproxima más a ella porque al final, nosotros no somos superhéroes: somos personas normales.

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Sexy, pero no sexualizada

Desde sus inicios en la television y ahora en el cine, Harley nunca ha estado exenta de ser utilizada como objeto de ornamento para complacer el ojo masculino heterosexual. 

Pero es importante señala que en esta última entrega la vemos más desarrollada como un personaje sexy que como uno sexualizado (que no es lo mismo), aunque no dejan de existir ciertas escenas que vuelven a caer en la misma trampa.

Cierta secuencia sexual en la película (que pudo ser explotada cínicamente) se elige mejor utilizarla como un sketch de comedia. Al final, las mujeres no dejamos de ser personas con deseos, y eso no nos hace imperfectas.

 

Mujeres imperfectas

Harley es una mujer con el coraje suficiente para salvarse a sí misma, pero también desea ser rescatada. Sueña con casarse entre aves de colores volando, y al mismo tiempo ve flores cuando descabeza enemigos. Desea evitar las relaciones tóxicas, pero no sabe cómo resolverlo de forma racional.

Todo lo anterior no nos habla de una mujer empoderada, sino de una chica muy confundida con una enorme patología, y creo que es válido.  

Definitivamente Harley Quinn aún puede tener mucho mejor desarrollo, pero eso no significa que sólo debamos tener en la pantalla heroínas poderosas, independientes y maduras. Al final, exigir perfección a la mujer puede ser igual de machista que cosificar.