Past Lives: amor sin drama, por favor

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Una cinta aparentemente sencilla pero demoledora por su tema y por la forma en que está construída. La ópera prima de Celine Song es un retrato de algo que todos hemos experimentado alguna vez: pensar en un what if? con alguien de nuestro pasado o presente.

La pequeña Na Young (Seung-ah Moon) y el pequeño Hae Sung (Seung-min Yim) son dos mejores amigos. Ambos tienen la misma edad pero la familia de Na está a punto de mudarse de su natal Corea a Canadá. Las madres de ambos coinciden en que la amistad entre sus hijos es de gran ternura, y quieren crearles buenos recuerdos juntos, lo cual a través de que avanza la cinta queda claro que lo lograron.

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Si bien Past Lives está clasificada como un drama romántico no me parece que lo sea: se trata en todo caso de un relato terriblemente común pero no por ello aburrido. No es la típica película donde veremos los grandes gestos perfectos de adoración a los cuales el cine nos tiene acostumbrados, ni a escenas donde hay alaridos, violencia o llantos hasta quedarse seco y con ello pensar que se demuestra el amor (te estoy viendo, The Notebook). 

Past Lives

Transcurren 12 años para que Na Yung (ahora llamada Nora) y Hae Sung puedan volverse a ver, así sea solo por videollamada de las de entonces (no había Zoom y las conexiones eran inestables). No importando la distancia, se crea de nuevo un lazo de amistad con la esperanza de avanzar a más, y es ahí cuando viene un movimiento increíblemente valiente por parte de la directora. Nora decide que debe dejar de hablar con su amigo porque la posibilidad de que ambos estén en el mismo lugar se torna difícil y ella prefiere concentrarse en su vida real siendo escritora viviendo en New York, dejando de lado la ilusión de una pantalla.

El tiempo pasa y otros 12 años deben correr para que estos dos seres puedan verse a los ojos de nuevo. Podríamos pensar que es el inicio de su romance (¡por fin!), pero una vez más nos arrojan otro balde de realidad: Nora está casada con un hombre increíblemente comprensivo, que no solo la ama sino que además entiende la importancia que Hae Sung tiene en la vida de su hoy esposa. Ambos tienen una conversación sobre estas tensiones en su relación y los miedos que los acechan. Es uno de los grandes momentos de la película.

Sin drama

Pero, ¿por qué te destroza esta cinta?  Es un relato que no necesita ser dramático, no necesita gritos o acciones arrebatadas para mostrar los sentimientos de los protagonistas, simplemente nos remonta a cuando nos hicimos esa pregunta con un amigo, ex-novio o alguien que se cruzó en nuestro camino: ¿Qué hubiera pasado si estuviera al lado de esa persona? 

Y a pesar de ser algo que podría ocupar gran parte de tus pensamientos -o de tu tiempo si estás en un intento desesperado por resolver esa duda – al final la realidad golpea y el mensaje es claro: la vida ocurre donde está tu trabajo, tu familia o aquello que vives día a día. No está en ese lugar del pasado, al cual ya no perteneces más que en recuerdos.

Me remonto a La la Land (Chazelle, 2016) donde nos muestran una alternativa de esa vida pasada en una escena que calca bien nuestras fantasías: de manera fácil, inmediata, ideal y todo alrededor es precioso.

También pensé en Before Sunset (2004)  de Richard Linklater. Si bien al final los protagonistas estarán juntos y vivirán ese amor que dejaron ir, en  Before Midnight (2013) vuelve a golpear la realidad y aparecen las consecuencias de esta vida que se permitieron y ahora deben cuestionarse si deben seguir juntos o concluir la relación. Lo bello se queda, lo complicado se impone. 

En Past Lives, la conversación decisiva entre Nora y Hae Sung tiene lugar en la barra de un bar hablando sobre cómo serían esas vidas pasadas entre ellos, cómo se habrían conocido y la inminente resignación ante eso que solo queda en la imaginación.