Judas y el Mesías negro: el discurso como arma

Judas y el Mesías Negro

En Judas y el Mesías Negro, el británico Daniel Kaluuya diluye cualquier duda que pudiera existir sobre su nominación al Oscar por su trabajo en esta cinta. Lo suyo es una actuación intensa, de furia a veces contenida, pero siempre poderosa e incluso conmovedora.

Basada en una historial real, Kaluuya interpreta aquí a Fred Hampton –el presidente de la sección de Illinois del Partido Pantera Negra en Chicago- y que a finales de la década de los 60s fue traicionado por William O´Neal (Laketith Stanfield), un infiltrado del FBI, ergo el título del filme.

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Dirigida por Shaka King, la película brilla en su totalidad por las excelentes actuaciones de sus personajes principales, quienes anteriormente ya habían trabajado juntos en Get Out de Jordan Peele y ahora regresan siendo nominados como actores de reparto para la entrega 93 de los Premios de la Academia, con grandes posibilidades de ganar.

Basado en hechos reales

Fred Hampton es el perfecto ejemplo de como la oratoria puede ser el arma más poderosa de un movimiento. Con su manera de hablar puede convencer prácticamente a cualquiera, tanto así que hasta logró aliarse con grupos latinos y caucásicos. Su facilidad de oratoria lo convirtió en el enemigo numero uno de los Estados Unidos, poniendo a temblar a organizaciones como el FBI.

Así, el buró contrata a un informante que se infiltraría en el movimiento. Es aquí donde entra al quite Willian O´Neal, quien antes solía robar autos fingiendo pertenecer al FBI y mostrando una insignia que bien podría haber salido de una tienda de disfraces. «Las insignias causan más terror que las armas», la frase ejemplifica el terror que las instituciones americanas provocan, al ser vistas como enemigos casi naturales de los oprimidos.

JUDAS AND THE BLACK MESSIAH - Official Trailer - YouTube

Nada ha cambiado

Daniel Kaluuya es sin duda la piedra angular de esta cinta que combina extraordinarias actuaciones con un tema que (desgraciadamente) sigue siendo actual. Una combinación perfecta para esta etapa de premios.

El único detalle es que quizás en momentos la película llega a caer en una zona de confort donde se siente muy «cómoda» y la dirección de Shaka King termina sintiéndose un tanto tibia, casi como si le dejara la responsabilidad total al guion y la historia misma. El pincelazo del director pareciera desapercibido.

Hubiera sido interesante explorar un poco más a un par de personajes secundarios bastante complejos que quedan un poco rezagados. También hubiera sido bueno explorar más la dinámica entre Hampton y O´Neal. Dicho esto, es una película completamente disfrutable.

Con 6 nominaciones a los Premios Oscar incluida Mejor Película, Judas y el Mesías Negro es una historia explosiva con excelentes actuaciones que atemoriza al reflejar lo poco que ha cambiado la situación racial en los Estados Unidos. La cinta termina siendo una interesante exploración sobre los grupos marginados dentro de E.U., cuya mejor arma -la más peligrosa para status quo- siempre fue la palabra, factor de desequilibrio entre los revolucionarios y las esferas del poder.