Cabos 2022, día dos: La Caída, Home is Somewhere Else y más

cabos 2022-cabos11-la-caida-karla-souza

Cabos 2022. Segundo día de actividades, mucho cine francés a cargo de directores de renombre como Mia Hansen-Love y Francois Ozon, la nueva cinta de Karla Souza que seguramente dará mucho de qué hablar y la que a mi parecer fue la mejor del día, el documental Home is Somewhere Else.

Te puede interesar:  The Whale, la película que inauguró el Cabos Film Fest

Sigan nuestra cobertura de Cabos 2022 en nuestras redes y aquí en filmsteria.com

 

Home is Somewhere Else – Dir: Carlos Hagerman & Jorge Villalobos

Carlos Hagerman y Jorge Villalobos documentan tres historias de migrantes que viven en los Estados Unidos y que, por las inhumanas leyes de aquel país, están al borde de ser separados de sus familias, de sus trabajos y enviados de regreso a un país que, de facto, ya no es el suyo, porque como bien dice el personaje que rapea al inicio de esta película, ellos se encuentran en medio de dos mundos.

La película se divide en tres capítulos, cada uno con un testimonio de migración diferente. El primero narra la historia de Jasmine, una niña de once años nacida en EU pero de padres indocumentados y que se volvió una de las principales oradoras en los recientes movimientos en apoyo al DACA. Si esta ley no se preserva, ella sería separada de sus padres.

La segunda historia es el relato de un par de hermanas, Evelyn y Elizabeth, literalmente separadas por la frontera y unidas por el teléfono celular. La que vive en Estados Unidos no puede regresar a México y la que vive en México no puede cruzar.

Y por último vemos la historia de otro adolescente, José Eduardo Aguilar alias “El Deportee”, arrestado injustamente, debido a su apoyo contra la ley HB 497 (2011) que autoriza a un oficial para determinar y verificar el estatus legal de una persona.  Lo ingresan a la cárcel y posteriormente lo regresan a México, lugar que como él dice, ya no es su casa, “Home is Utah”.

Lo que hace novedoso a este documental es la forma en que se narra, con animaciones en tres estilos diferentes. Destaca la primera historia, que es contada con ilustraciones que emulan el estilo de los dibujos infantiles, con efectos de audio hechos por niños, y con el uso efectivo (al grado que es imposible no tirar una lagrimita) de cierto himno migratorio interpretado por Manu Chao.

El resto de las animaciones combina las acuarelas con objetos reales y en la tercera se buscan trazos mucho más contundentes y de cierta geometría. 

El resultado es de absoluta belleza, no solo por lo irremediablemente emotivo de cada historia sino por las animaciones y la empatía que contagia este hermoso documental.

 

Un Beau Matin – Dir: Mia Hansen-LØve

Elegante estudio de personaje donde seguimos a Sandra (Léa Seydoux), una madre soltera que se tiene que hacer cargo de su hija de ocho años mientras que además cuida a su padre, un ex-catedrático que sufre de una enfermedad degenerativa neuronal que le impide vivir sin asistencia de otras personas.

Sandra tiene que enfrentar este doloroso proceso donde ella junto con su madre (ya casada con otro hombre), la amante de su padre, y el resto de la familia (nuclear y extendida) tendrá que desmantelar el departamento del papá, lleno de libros, cuadros y demás recuerdos que se tendrán que regalar, tirar, o si acaso algunos guardar.

Esto pone a Sandra en perspectiva sobre su vida, en la que convenientemente se cruza Clément (Melvil Poupand) un atractivo astrofísico, otrora viejo amigo ahora casado y con hijo. Sandra abre la puerta para un romance clandestino con Clément, bajo la lógica (a partir de lo que pasa con su padre) de que la vida es muy corta como para andarnos con cuentos, hay que disfrutar mientras se pueda porque después veremos nuestras vida guardada en cajas.

La puesta en imágenes de Mia Hansen-LØve, como es usual, es sencilla, sin mayores florituras o aspavientos, lo suyo es mostrar a sus personajes tal cual son, con sus dudas, sus miedos, sus pasiones. Léa Seydoux está magnífica como esta atribulada mujer dispuesta a meterse en el brete de andar con un casado con tal de disfrutar del sexo casual e incluso rozar de nueva cuenta el enamoramiento.

Una película sencilla pero sumamente disfrutable, principalmente por el carisma de su actriz protagónica y la sensibilidad humanista de su directora. 

Un Beau Matin pronto se podrá ver en Mubi.

La Caída – Dir: Lucía Puenzo

Este passion project de la actriz Karla Souza tiene su principal virtud en ella misma. La actriz no solo produce y protagoniza sino que básicamente es el corazón que da energía a esta producción impulsada por una necesidad, apasionada y muy personal de contar esta historia.

Mariel (Souza) es una nadadora profesional que está por llegar a sus segundos juegos olímpicos. Por su edad, y dado que en el pasado se quedó a nada de ganar el bronce, esto representa su última oportunidad de ganar en la competencia olímpica. Pero la cosa empieza mal: su compañera de salto sufre un accidente y su entrenador (estupendo Hernán Mendoza) le impone a Mariel una novata de 14 años llamada Nadia (la en efecto debutante Dèja Ebergenyi), para que sea su nueva dupla rumbo a los Juegos Olímpicos.

Mariel se molesta, no cree que esa niña tenga lo suficiente como para que ambas alcancen el oro. En esas estamos cuando sucede algo peor: la madre de Nadia acusa al entrenador de acoso sexual. Mariel aboga por él, no en balde ha sido su entrenador durante años, al grado de ser considerado parte de la familia. Incluso Nadia misma argumenta que todo son locuras de su madre que no la quiere ver triunfar.

¿Es esa la realidad o hay algo que Mariel sabe y no se atreve a decir?

Souza interpreta a su personaje con una fuerza que va más allá de la actuación, la actriz en efecto presume un cuerpo de atleta que suponemos es producto de años de entrenamiento. Su mirada, su sonrisa fingida, y sus momentos de pasión desbordada (aquellas escapadas para tener sexo con extraños) dibujan a un personaje roto que resulta sorpresivo y sumamente interesante.

El tándem de actuaciones se completa con Hernán Mendoza quien se pone al tú por tú con Souza en más de un momento. La cámara de Nicolás Puenzo (ignoro si hay algún parentesco con la directora, Lucía Puenzo) privilegia las tomas que pasan en el borde de la alberca, entre el agua y la superficie, así como muchas otras en la profundidad. Fuera del agua, todo son acercamientos cerrados a los rostros de los protagonistas, sugiriendo un estado de opresión, angustia y ahogo.

No obstante, algunos aspectos técnicos (la mayoría de los diálogos están doblados en post-producción, y el tono que por momentos cae en el melodrama) así como una decisión más bien ecléctica en la selección musical (de Molotov a los Rebeldes del Rock y Portishead) me sacaron una y otra vez del juego de esta cinta. 

La película es visible gracias al compromiso y notable pasión de Karla Souza, aunque no habría que menospreciar al guión -escrito a cinco manos, todas ellas femeninas- que sabe mostrar el conflicto de interno de las víctimas en un momento histórico donde hacer una denuncia de este tipo no era algo común como hoy día.

Entender y provocar la empatía del público hacia un personaje como Mariel que se debate entre su deseo de triunfo, sus vicios internos, y el hacer lo correcto, es el gran logro de esta cinta. No es algo menor, al contrario, son razones más que suficientes como para ver este aleccionador filme.

La Caída ya puede verse en Prime Video.

Peter Von Kant – Dir: Francois Ozon

Hacer remakes (versiones nuevas, usualmente malas, de antiguas películas, usualmente buenas) es uno de los recursos más facilones de Hollywood, ¿para qué poner en riesgo la lana si podemos apostar por algo que está probado, es popular y funciona?

Todo bien pero, ¿hacer un remake de una cinta de Fassbinder?, ¿acaso eso no es pecado? Blasfemia o no, a Francois Ozon le importó un carajo y decidió hacer un remake de Die bitteren Tränen der Petra von Kant (1972), o como aparece en los créditos iniciales, esto es una adaptación muy libre a esa cinta icónica de la filmografía del enfant terrible Fassbinder.

 

La cosa es más o menos la misma pero con los géneros cambiados. Peter von Kant (un muy divertido Denis Ménochet) es un atormentado director de cine que se despierta en su estrafalario departamento sufriendo por su último fracaso amoroso. Su fiel criado, Karl (Stefan Crepon, que nunca habla pero aún así se roba la película) le prepara las bebidas de rigor, el desayuno, y abre la puerta a su primera visita del día, su amiga Sidonie (Isabelle Adjani), quien le presume a su nueva cita, un joven apuesto (aunque casado) llamado Amir (Khalil Ben Gharbia), de quien Peter queda enamorado.

Pasan nueve meses y la pareja ya viven juntos en el departamento de Peter. Amir se ha transformado en toda una estrella, apareciendo en cientos de portadas de revistas, pero Peter no está muy contento, sospecha que Amir está ahí para sacarle dinero y no por verdadero amor.

Probablemente hacerle un remake a Fassbinder sea un tremendo pecado, pero al menos en manos de Ozon (y principalmente de la dupla Ménochet – Crepon) resulta en un muy divertido pecado, en una cinta que no solo roba de Fassbinder (Ménochet, por cierto, ¿le da un aire al director alemán o estoy alucinando?) sino que en gran medida recuerda al Almodóvar clásico, de colores vibrantes y azote sin igual.