Series: GLOW, las chicas siguen queriendo pelear

Las mujeres más famosas del cuadrilátero han regresado, ¿cómo se compara esta tercera temporada de GLOW respecto a las anteriores? Lulú Petite nos platica.

Glow

A mediados de 2017 Netflix nos sorprendió con GLOW. La premisa no parecía prometedora: Una serie sobre la creación de un programa televisivo de mujeres luchadoras a mediados de los ochenta. GLOW, sin embargo, terminó seduciendo a quienes la vimos. Logrando, en su temporada de estreno, una aprobación en Rotten Tomatoes de 94%, que incrementó a 97% para su segunda temporada.

La clave de su éxito es el divertido ensamble de actrices. Un elenco encabezado por Alison Brie ( Communuty y Mad Men), quien interpreta a Ruth Wilder, actriz frustrada que, frente a la imposibilidad de echar a andar su carrera, asiste a un casting para un programa de TV de bajo presupuesto en el que no debe actuar, sino luchar: Gorgeous Ladies of Wrestling “GLOW”.

En ese casting conocemos a un grupo de mujeres: atletas amateurs, actrices sin trabajo y otras chicas desempleadas a quienes les van asignando personajes basados en su aspecto y un franco desprecio por la corrección política. Así, la de ascendencia musulmana, sería una terrorista, una rubia alta será vikinga, la china es galletita de la suerte y la negra será una vividora de los servicios de beneficencia.

GLOW funciona por su humor negro y por presentar los ochenta más como un escenario que como una invitación a la nostalgia. La guerra fría, la discriminación, la lenta construcción del feminismo, la vida previa al me too y a lo políticamente correcto, son elementos de un argumento divertido y bien construido.

La buena noticia es que la tercera temporada, estrenada este viernes, mantiene la calidad de las dos primeras. Si no has visto ninguna, es buen momento para que veas las tres temporadas. GLOW es una serie que merece mucha más atención de la que tiene.

Dejamos la segunda temporada cuando a las chicas les avisan que su programa no sólo será sacado del aire, sino que no pueden llevarlo a otra televisora, pues los derechos no les pertenecen. En ese momento, les llega la invitación para montar su show en vivo, en Las Vegas.

Viva las Vegas

La tercera temporada comienza cuando en un programa de televisión los personajes de la luchadora rusa Zoya the Destroya (Alison Brie) y la americana Liberty Bell (Betty Gilpin), invitan a su show en vivo, mientras se transmite el despegue del Challenger. Cuando Zoya, con un forzado acento ruso, se burla de las misiones espaciales americanas, el transbordador espacial explota en el cielo. Es el tipo de humor negro de toda la serie.

Esta temporada nos lleva por la vida de las luchadoras durante su estancia en Las Vegas. Manteniendo el estilo de las primeras entregas, sigue siendo una serie sostenida por sus actrices, aunque la figura de Marc Maron como el director Sam Sylvia, se desdibuja aunque sin perder su encanto.

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Probablemente de las tres entregas, ésta es en la que más podemos acercarnos a los personajes y durante la cual más se desarrollan, enfrentando diversos conflictos los personajes van avanzando y, sutilmente, cada uno se va encontrando a sí mismo. Sin parecer forzado, parece que cada personaje inicia la temporada preguntándose “¿Quién soy?” y la termina respondiéndose “Quién quiero ser”. La serie ahora trata de identidad, de discriminación, de empoderamiento y de sueños. Todo, en medio de una eficaz recreación de los años ochenta y un mundo profundamente machista, homofóbico y discriminatorio.

Vamos a ver a los personajes rebelándose contra sí mismos. Descubriéndose y tomando decisiones para cumplir sus sueños, aunque estos, en la mayoría de los casos, pongan por delante el interés personal sobre el colectivo. La vida es así.

¿Es el final?

Con una historia ya no centrada sólo en Ruth y Debbie, seguramente te van a gustar los arcos de Yolanda (la latina) y Arthie (la terrorista), las historias de Jenny (Galletita de la fortuna) y Bash (el productor), Rhonda (la británica),  Sam y su hija Justine. Pero sobre todo destacan Sheila, the She-Wolf y, claro, la incorporación al elenco de Geena Davis.

Por si fuera poco, la escena final de la tercera temporada lo mismo puede ser un cliffhanger que un cierre. Si Netflix toma la loca decisión de cancelar una de sus mejores series, podrán decir que allí había acabado.

Si ya la viste, comenta, si no la has visto ¡No te la pierdas!

 

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