The Marvels: Ni tanto que queme al santo. 

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The Marvels, la trigésima tercera película del MCU fue un fracaso en taquilla. La peor recaudación y, probablemente, la salida de Brie Larson de la franquicia. La sentencia es firme y ha causado tal regodeo que hasta Stephen King declaró que, aunque no le gusta el cine de Marvel, la alegría inusitada por el fracaso de un proyecto es, cuando menos, chocante.

El MCU se ha ampliado tanto que, a juicio de muchos, ha agotado su fórmula. Después de la pandemia ha quedado claro que el tiempo, el ánimo y el presupuesto del espectador promedio no está ya para ver dos, tres o cuatro películas de un multiverso, cada una de más de dos horas. La tendencia es a una taquilla más reducida.

 

¿Se acabó el MCU?

¿Significa que el MCU no da para más? Quienes odian ese tipo de cine no han de venir a él, a quienes les gusta, no van a faltar. El vacío lo hacen a quienes van al cine, pero les da igual, los que escogen al llegar a taquilla y que, frente a una oferta más amplia pueden elegir películas distintas a las que reinaron la venta de boletos hasta antes de la pandemia.

Eso no significa que el cine del tema esté muerto. Sigue siendo el parque de diversiones que no entusiasma a los buenos muchachos, pero los parques de diversiones son eso: divertidos y siempre habrá quien quiera verlos; especialmente después de joyas como la perfectamente redonda serie de Loki.

¿Es “The Marvels” tan mala película como la pintan?

En una era donde la diversidad en la pantalla grande es todavía un tema de discusión, ‘The Marvels’ se planta como un desafiante estandarte de empoderamiento femenino en el universo de los superhéroes. Sí, la película ha recibido su cuota de críticas y reacciones adversas, algunas lamentablemente teñidas de misoginia, por su decidida apuesta en un elenco predominantemente femenino. Pero lejos de ser una debilidad, esto se convierte en su mayor fortaleza.

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Carol Danvers, Monica Rambeau y Kamala Khan, las tres heroínas protagonistas, nos regalan una química que es tanto refrescante como dinámica. Ellas no están ahí solo para llenar un cupo, sino para demostrar que las superheroínas pueden llevar una película en sus hombros con la misma destreza y carisma que sus homólogos masculinos. La antagonista, Dar-Benn, aunque no logra alcanzar la profundidad de otros villanos icónicos, ofrece una presencia intrigante, complementando el universo femenino que la película con tanto esmero construye.

Nia DaCosta, la directora, orquesta esta sinfonía de personajes femeninos con un toque distintivo, aportando una perspectiva fresca y necesaria en un género a menudo dominado por la visión masculina. Incluso la gata, un pequeño pero encantador detalle, se suma a esta celebración de lo femenino.

Una película que, además, abreva de al menos cuatro series canónicas, pero que puede entenderse sin haberlas visto, le agrega mérito.

¿Es una buena película?

No. ‘The Marvels’ no es cinema. En su próximo tik tok el Maestro Martin Scorsese no la va a elegir por encima de Birdman. Es una película sobre personas adultas que se ponen mamelucos ajustados para luchar en el espacio contra seres poderosos. No puede tomarse en serio, es para pasar el rato. No es mejor ni peor que el resto del cine de superhéroes, se agradece que no dure más de dos horas y es la historia clásica, de los héroes, el villano, el conflicto y la resolución. ¿Y no es ese regreso a lo simple lo que siempre hemos pedido en este tipo de películas?

A nivel técnico, ‘The Marvels’ no decepciona. Los efectos especiales son impresionantes, las escenas de acción están bien ejecutadas, y el humor, aunque no siempre acierta, es un buen intento de equilibrar la intensidad de la narrativa. La película también toma riesgos interesantes, como un número musical que, aunque peculiar, demuestra la voluntad de experimentar y salir de lo convencional.

A pesar de las críticas y del innecesario hate, ‘The Marvels’ es un importante paso adelante en la representación de las mujeres en el cine de superhéroes. No solo es entretenida, sino que también es un recordatorio de que el heroísmo no tiene género. Es un film que, con todos sus aciertos y desaciertos, merece ser reconocido por su valentía al desafiar las normas establecidas y abrir camino a futuras generaciones de heroínas en la pantalla grande»