Proyecto Power: Joseph Gordon-Levitt y Jamie Foxx tienen superpoderes

¿Qué harías si pudieras tener un super poder por 5 minutos? En Proyecto Power -la nueva película de Netflix- una pastilla le da poderes a quien la consume

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El ADN de Proyecto Power  (la nueva cinta original de Netflix) está en los inicios del cómic como medio. En 1940, Ken Fitch y Bernard Baily crearon a un superhéroe de historieta llamado Hourman. Su primera aparición fue en Adventure Comics #48. Era la Edad de Oro de los Cómics, la génesis de un nuevo medio que al paso de las décadas le hará ganar millones de dólares a la industria cinematográfica de Hollywood.

El origen de los poderes

Hourman era Rex Tyler, químico que descubre una milagrosa vitamina que al ingerirse le otorgaba super fuerza y velocidad sobrehumana, pero sólo por el lapso de una hora. El personaje -publicado por DC Cómics y miembro de la legendaria Justice Society- fue de los primeros en tener un “giro moral”, ya que se empezó a manejar la idea de que Hourman se había convertido en un adicto “a la justicia”, es decir, a tomar aquella vitamina que le daba habilidades sobrehumanas.

Aunque Hourman es uno de los héroes un cuanto tanto olvidados del universo DC, las ideas detrás del personaje no dejan de ser interesantes y fácilmente trasladables al entorno actual de superhéroes cinematográficos.

Los poderes como adicción

Justo de esas ideas abreva Project Power (Proyecto Power), cinta que (sin dar crédito a DC o Fitch y Baily) usa los mismos tropos de Hourman pero ahora en un contexto actual.

Estamos en Nueva Orleans, donde un misterioso cargamento de una nueva droga llega al puerto. De inmediato, los dealers locales se encargan de distribuirla, se trata de una píldora que al ingerirla te da superpoderes por tan solo cinco minutos.

Pero la cosa no es tan maravillosa como parece. La pastilla te otorga siempre el mismo superpoder, pero si este resulta peligroso, puede provocar la muerte. Algunos adquieren superfuerza, otros invisibilidad, pero otros pueden encenderse en llamas o convertirse en monstruos. Tomar la pastilla tiene su riesgo.

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Rápidamente, la droga se esparce por toda la ciudad creando caos: los jóvenes, adictos a los superpoderes, los emplean -la mayor de las veces- para cometer algún crimen y la policía se muestra completamente incapacitada para detenerlos.

Entra a escena Frank (Joseph Gordon Levitt), un aguerrido policía obsesionado con encontrar al creador de la pastilla y así detener el caos en la ciudad. Frank tiene como aliado a Robin (el nombre no parece ser una coincidencia) una adolescente (interpretada por Dominique Fishback) que vende la droga para así sustentar las medicinas de su madre enferma.

Y para rizar aún más el rizo, tenemos a Art (Jamie Foxx), un ex soldado que también va tras los responsables del fármaco, toda vez que ellos se llevaron secuestrada a su hija.

Acción, y nada más

Proyecto Power es dirigida por Henry Joost y Ariel Shulman -directores de la mucho más lograda y divertida Nerve (2016)- quienes demuestran gran imaginación para las escenas de acción pero muy poco talento para justificar el espectáculo digital que se muestra en pantalla.

Los protagónicos se comportan como maquetas bañadas en clichés: el policía rudo pero con buen corazón y que no sigue las reglas (¡como McBain!), el soldado rudo pero tierno con los niños y con un pasado que lo tortura, la niña ruda pero tierna y que delinque por necesidad, y el malvado rudo pero loco al que sólo le falta reírse luego de explicar su plan malévolo.

A ello súmele una chocante insistencia del guionista a montar homenajes a Clint Eastwood, así como poblar toda la cinta con diálogos que rayan en lo ridículo. El resultado es una película inane y aburrida, a la que sólo salvan las escenas de acción, la mayoría bien planeadas y en algún caso (cierta secuencia donde la cámara se sitúa dentro de un contenedor de cristal) con mucha destreza e imaginación.

Proyecto Power es, a todas luces, una oportunidad desperdiciada. La metáfora de los superpoderes y las drogas daba para una historia mucho más interesante y menos alejada del lugar común propio del género de acción. Lo que obtenemos son dos horas de efectos digitales, malos diálogos y personajes unidimensionales.

Intrascendente y olvidable, la peor noticia de esta película es saber que su guionista, Mattson Tomlin, es también el encargado de escribir The Batman, la nueva cinta sobre el murciélago dirigida por Matt Reeves y con Robert Pattinson como Batman.

Ya nos llevó la batitostada.