Good Boy: un perrito se lleva la mejor actuación del año

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La idea de hacer una película de terror desde la perspectiva de un perro a todos nos generaba muchísima angustia al pensar lo que podría pasarle al protagonista, pero por ahora tranquilos: 

AVISO: LO QUE SIGUE CONTIENE SPOILERS

Para que se les quite la angustia de ver Good Boy (USA, 2025) aquí dos cosas que deben saber:

  1. El perro no muere.
  2. El perro no sufre daño físico .

Good Boy tiene como protagonista a Indy, un hermoso retriever de Nueva Escocia que pasa unos días en una casa de campo con su dueño Todd. Ahí, el perrito comienza a ver una presencia extraña que los acecha. No necesitan saber más excepto tal vez que todo lo que vemos en pantalla es desde la perspectiva de Indy.

Indy es precioso, el tenerlo como protagonista es una delicia. Al equipo le tomó 3 años terminar el proyecto porque pues, el portagónista es un perrito, aunque ¡él nunca supo que estaba actuando! El entrenamiento del perrito es increíble, y aunque el gran mérito es para Indy, evidentemente no se puede obviar la visión del cineasta, Ben Leonberg, quien no solo es el director de la cinta sino que además es el dueño de Indy.

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Leonberg resuelve con gran destreza el manejo de las cámara y las luces, puestas para el completo despliegue de las habilidades y el carismo de Indy, quien enfrenta grandes cambios en su vida al ser sacado de su zona de confort. Su miedo es nuestro miedo, gracias a un brillante montaje que nos hace suspirar y enternecernos por igual, y al tiempo que nos recuerda, poderosamente, la conexión con nuestras propias mascotas. 

Good Boy con su director (y dueño), Ben Leonberg

Aquí valdría aclarara que, quien esto escribe es una veterinaria con investigación en comportamiento y bienestar animal. Esta condición -lo acepto- tuvo un sesgo en mi apreciación de la cinta, pero también por ello mismo no deja de sorprenderme la naturalidad del ¿entrenamiento?, ¿actuación? de Indy. 

Si bien la historia no está plagada de jumpscares, tomas grotescas o una larga explicación demoiniaca, Good Boy cumple con mantenernos en la angustia constante, generando duda sobre lo que pasará con Indy y Todd, convirtiéndose en una historia de pérdida, y los cambios que esta conlleva.

Al ver la película surgieron toda una serie de preguntas:

  • ¿Como procesarán los perros los cambios de vida en la familia, llámese mudanza, llegada de un bebe u otra mascota?
  • ¿Cómo procesan la muerte de sus humanos?
  • ¿Realmente con su comportamiento podríamos siquiera alcanzar a descifrar cómo se sienten?
  • ¿Qué tanto ellos nos conocen, qué harian si pudieran intervenir en nuestras vidas (más de lo que lo hacen )?

Creanme, el director contesta con esta película (y desde el puro lenguaje cinematográfico) muchas de estas preguntas, y lo hace en menos de hora y media.

Vean Good Boy, lleven sus pañuelos y pidamos todos los premios para Indy, para su dueño, y para su director.