Materialists: el matrimonio es un contrato

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El matrimonio es un contrato. Y sobre todo, es un contrato financiero.

La premisa es simple (bastante obvia incluso) e históricamente exacta. Que le dieran una vaca (u otro animalillo) a la familia de la novia como “dote” es algo que hace no mucho tiempo pasaba y aún hoy día ocurre en muchos lugares (basta ver algunos realities que –admito– he tenido que ver).

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Materialists (Song, 2025) juega con ésta premisa del contrato financiero en dos subtramas: la de Lucy en su trabajo de casamentera y la de sus propias relaciones amorosas.

La primera nos lleva a conocer el trabajo de Lucy (Dakota Johnson) como moderna celestina en una firma de citas, negocio un tanto arcaico en un mundo dominado por las aplicaciones. Sin embargo, Lucy es excelente en su trabajo, porque entiende que éste es un juego de emparejar prospectos iguales basado principalmente en la ley del mercado: “¿cuánto ofrezco?, ¿cuánto me das?”. Y generalmente esta ecuación matemática es eficaz.

La segunda subtrama nos muestra el dilema amoroso -la base de toda romcom- de Lucy. Nuestra protagonista se encuentra en una disyuntiva: optar por lo que claramente (y matmáticamente) es lo lógico, u optar por lo intangible, por una opción sin potencial que no constante no deja de ser una promesa.

Sentada en la mesa de solteros de una boda que ella misma provocó (la concreción de una boda es la medida del éxito en su trabajo), un guapo, varonil, y bien vestido Harry (Pedro Pascal) le hace plática. No hace falta que la directora nos lo muestre (como sucederá después): todos en la sala y en el planeta entero sabemos que Pedro Pascal es el hombre ideal.

Se trata, dice Lucy, de un “unicornio”, término que en el mundo empresarial se utiliza para nombrar a un negocio que al menos en la superficie parece perfecto e ideal. De esos negocios que te hacen millonario. Pascal claramente es de esos: millonario, culto, agradable, bonito bigote y sobre todo (esto es importante) alto.

Pero justo en esa misma fiesta aparece John (Chris Evans), antiguo novio de Lucy, quien ahora es mesero. Lucy -sabemos después- lo dejó básicamente por ser pobre. Suena cruel, pero en la lógica del trabajo de Lucy es obvio que así sería. Las relaciones son un intercambio de valor: según lo que vales es a lo que puedes aspirar. Y Lucy no es millonaria pero claramente vale más que John.

Después de su -sin exagerar- magistral Past Lives (2023), Song nos entrega en Marerialists una historia en apariencia más sencilla pero que sigue en la vía de analizar qué mueve a las relaciones.

La trama se desarrolla en su mayoría de manera lineal, enmarcada en una Nueva York luminosa y bellamente filmada. El gran manejo de la cámara y el uso del espacio urbano siguen aquí, aunque quizás a una escala menor, menos grandilocuente que en Past Lives. Aquí no hay escenas panorámicas al río Hudson o del puente de Brooklyn, pero quizás por eso se pueda sentir más íntima y local.

Es notable que el argumento del romcom -que en otras películas sería el leitmotiv principal de la película- aquí parece simple e incluso deslavado ante el otro arco de la historia de Lucy. Es ahí donde la historia se desarrolla con mayor interés, porque la confronta con su propia contradicción de tratar el amor como algo circunstancial, casi añadido, al emparejamiento perfecto y racional.

Y ese viaje marcado por su relación con algunos de sus clientes, la hace empezar a apreciar el valor de las personas. Si bien esto podría sonar a un lugar común, la historia se resuelve de manera ágil en gran parte gracias al carisma de Johnson y su buena interpretación de un guión sin muchas ambiciones.

Hay también referencias a otras romcoms. Song incluso publicó una lista de las películas que fueron influencia para ella mientras escribía y filmaba Materialists. Pero hay una en particular que ella no mencionó pero parece muy presente: la muy olvidada As good as it gets (Brooks, 1997), que aporta una idea central a la historia en lo que uno está dispuesto a ofrecer cuando está enamorado.

Materialists probablemente no será recordada como una romcom sobresaliente, tampoco como importante en la filmografía de Celine Song. Pero no todas las películas tienen que ser memorables para ser entretenidas. Eso aplica también a los matrimonios (no es mi caso).

Materialists es una romcom competente y divertida, que recomiendo para ver incluso en una primera cita.

Y si.. sale Pedro Pascal. Claramente su agente debe ser muy bueno. Ojalá le pague mucho por todo en lo que ha salido éste año.