Frankenstein: La Criatura de Del Toro está Viva

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Todos conocemos la historia de Frankenstein, pero solamente Guillermo del Toro podía entregarnos este Frankenstein. Con su interpretación del libro de 1818, Del Toro crea un relato que toma vida propia y se mueve con libertad entre las páginas escritas por Mary Shelley y las escenas filmadas por quienes han llevado esta historia al cine.

La adaptación de Guillermo del Toro toma la columna vertebral del mito de Frankenstein propuesto por su autora para ensamblar una nueva criatura con trozos de su alma. Víctor Frankenstein es un hombre de ciencia que busca vencer a la muerte pues está convencido que puede dotar de vida a cuerpos inertes. Una vez que lo logra, el científico aborrece a su creación, lo cual lleva a la criatura a padecer primero, el rechazo de su padre para, después, enfrentar en soledad el rechazo del mundo.

En esta nueva adaptación cinematográfica Guillermo del Toro decide no solamente presentarnos la historia de un hombre obsesionado con la gloria de domar a la muerte, sino que decide explorar las complejidades de las relaciones padre-hijo. Para ello el cineasta mexicano recupera elementos narrativos y visuales abiertamente provenientes de las religiones cristianas en lo general y de la religión católica en particular.

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Sin embargo, en el corazón de la criatura cinematográfica a la que Guillermo del Toro da vida se encuentra el perdón. Tanto Víctor como el monstruo son seres llenos de rencor y resentimiento. Creador y criatura, padre e hijo, son prisioneros de estos sentimientos que los llevan a batallar entre sí hasta el punto del aislamiento en el gélido Ártico. El único camino posible hacia la libertad, nos dice Del Toro, es el perdón.

Guillermo del Toro no hace una adaptación fiel del libro de Mary Shelley. No es su intención. Tampoco lo es el versionar algunas de las adaptaciones cinematográficas existentes, ni siquiera la de James Whale de 1931, a la cual le tiene cariño. Lo que hace Del Toro es poner a dialogar sus ideas y emociones la historia de la escritora británica. Con ello el cineasta tapatío regala a los espectadores de su Frankenstein es ofrecer un nuevo imaginario visual de una historia ampliamente conocida.

Con Frankenstein, Guillermo del Toro inspira, emociona y asombra. Lo hace desde un lugar distinto al de Mary Shelley pero con un gran respeto por su trabajo. A pesar de que al emprender este camino autoral Del Toro toma riesgos importantes, el resultado es una película realizada con la engañosa sencillez de quien toda una vida se preparó para contar esta historia. La criatura de Guillermo del Toro está viva.

 

 

 

 


Acerca de Raúl Orozco 91 Articles
Politólogo y maestro en políticas públicas, entusiasta de los deportes y el cine. Gozo ser testigo de la capacidad creativa de quienes se dedican a contarnos historias, así como conversar y escribir sobre ello.