Doqumenta 2025: Retrospectiva Rodney Ascher

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Invitado de honor a la edición 2025 de Doqumenta, el cineasta Rodney Ascher está aquí en Querétaro presentando (casi) toda su filmografía ante un auditorio pequeño en tamaño pero grande en entusiasmo.

The Nightmare, una antología de sus cortos más famosos llamada An Evening with Rodney Ascher, y su obra más conocida, Room 237, fueron presentadas ayer, una tras otra, en el marco del festival.

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Aquí va una confesión de parte: nunca había visto Room 237. A pesar de mi conocida admiración (me niego a llamarle fanatismo) por Kubrick, Room 237 me parecía que era una tremenda desviación de lo que debería ser un análisis serio a una simple lluvia de teorías, casi conspiratorias, respecto a lo que The Shining (Kubrick,1980) realmente significa.

Pero, aprovechando que estaba ya en el festival, pues decidí finalmente verla y salir de la duda. ¿Es Room 237 un análisis valioso sobre The Shining o nomás es una fiesta de teorías a la cual más mafufas? Más abajo viene la respuesta.

Para elevar el suspenso, van las críticas de lo que vi ayer en Doqumenta.

 

An Evening With Rodney Ascher

 

 

Compilado de varios largometrajes del director que van desde los inicios de su carrera hasta 2017. Se trata de una serie de ejercicios que van de lo meramente lúdico a lo intenso y que dibujan perfectamente el pathos del director: las teorías conspirativas, personajes inusuales, uso constante de material de archivo modificado (¿cómo le hacía en aquella época con computadoras no tan poderosas como las de ahora?), voz en off, y un humor siempre retorcido.

En uno de los cortos, The S From Hell, se narra cómo el logo de la compañía Screen Gems, aterrorizaba a los niños de la época que lo veían justo al terminar las caricaturas de la tarde. Con testimonios muy puntuales, este falso documental (porque me niego a creer que estas patrañas sean reales) es básicamente un punto de inicio para lo que después sería Room 237.

Un de los más divertidos, Visions of Terror, muestra a una mujer huyendo constantemente de un tipo que le recomienda películas de terror en VHS. Tal vez esto sea un crítica al fandom tóxico de cualquier género cinematográfico, o tal vez solo sea una buena broma, y vaya que es chistosa.

En Doris Wishman Dirige un Video se cuenta la vez que la reina del sexplotation de los años sesenta, Doris Wishman, se aventura a dirigir su primer video musical. Lo divertido es cómo Ascher utiliza fragmentos de HUGO (Scorsese, 2011) para narrar la historia. Me pregunto si Scorsese ya vio esto.

Otro que no recuerdo su nombre (lo sientoooo) es un chiste respecto a Death Wush (1974), la película que vio nacer a la leyenda de Charles Bronson pero que aquí está contada desde el punto de vista de uno de los maleantes a los que acrubilla. Absolutamente hilarante.

Pero el más divertido y del cual me gustaría una copia es un clip musical con imagenes en collage de decenas de películas. No tengo idea cómo se llamaba el video, o si la canción era suya o qué, pero fue fabuloso.

 

ROOM 237

Porque meterse con el Kubrick state no ha de ser cosa de chiste, Room 237 inicia con un largo párrafo que explica que nadie de la familia y herederos de Kubrick está involucrado en esta cosa. Básicamente es un puñado de gentes que nadie sabe quienes son (solo el director, supongo), que ninguno de ellos es crítico de cine (por cierto), pero que todos son fans de The Shining y a veces hasta de Kubrick.

El documental carece de chiste. Simplemente es Ascher dando un micrófono a estas personas anónimas para que expliquen su teorías sobre lo que realmente quería decir Kubrick con The Shining, la cinta que probablemente sea la más popular del director.

Room 237 no es más que un alud de teorías a la cual más fumada: que si la película habla en realidad sobre el holocausto, que si habla sobre los indios en norteamerica, que si una estampa en el cuarto de Danny cambia y eso significa que ya tiene el don, que si cierto póster (que claramente muestra a una persona esquiando) es un minotauro y entonces eso significa algo.

El peor de todos: un frame de la película donde Ullman parece tener un pene que apunta hacia Jack. WTF?

La mayoría de las “sesudas” observaciones de estos individuos provienen de fallos de continuidad, como por ejemplo en la muy popular escena donde Danny juega con sus carritos y al siguiente corte el patrón de la alfombra está al revés. ¡Eso debe significar algo!

Reconozco que algunas cosas me perturbaron porque, sabiendo de la obsesión de Kubrick por la perfección, me parece extraño (por decir lo menos) que el director permitiera que se le fueran tantas, incluído el cambio de color de la máquina de escribir.

Jamás en la vida me había dado cuenta de esos errores de continuidad, pero resulta sorprendente como hay tanta gente que ha analizado con lupa buscando estos errores y neceando con la idea de darles una interpretación elevada.

Ahora entiendo por qué no había querido ver esta película.

 

Nightmare

La cosa mejoró bastante con Nightmare. De nueva cuenta estamos ante una serie de testimonios (esta vez no son anónimos) de varias personas que han tenido pesadillas muy vívidas desde niños: figuras espectrales, entes que parecen aliens, monstruos, y toda una variada serie de pesadillas que le pondrían los pelos de punta al más valiente.

Luego de una dosis de relatos de terror, la cinta explica que existe una condición llamada Parálisis del Sueño, lo cual explicaría científicamente la razón de estos sueños. 

Este es el tipo de cosas que inspiraron a Wes Craven para hacer una de las mejores cintas de terror de la historia: A Nightmare on Elm Street (1984). 

Acá en mi rancho a eso le llamamos “Se te subió el muerto”, y a todos nos ha pasado al menos una vez: estar dormido pero en conciencia, viendo todo alrededor, y sin poder moverte.

La cosa es que uno pensaría que la explicación científica basta, pero no, muchos de las personas que dan su testimonio dicen que aún hoy día les pasa de vez en cuando, y el remedio para ello no ha estado solamente en la ciencia sino en la fe y algunas otras creencias.

El resultado final es auténticamente perturbador, porque como mencioné antes, a todos nos ha pasado, nadie en el mundo parece estar exento de estos terrores nocturnos. Qué miedo.